jueves, 29 de septiembre de 2011

Entrevista al exmarinero Diego Piedrafita



¿En qué años estudiaste en el Domingo Miral? (No recuerdo ninguna de las dos fechas, así que nada que decir)

¿Qué mejores recuerdos tienes del instituto? Los dos primeros años en 1º y 2º de ESO, donde me pasaba los recreos junto a la reja del patio turnándome con los amigos para poder jugar al juego de la serpiente de un móvil Nokia sin color y viejo ya en aquellos años (así que imaginar ahora). Los dos recreos al día durante dos años haciendo lo mismo, pero lo bien que nos lo pasamos.
También recuero que el primer año mi clase ganó el concurso de villancicos y nos dieron una caja enorme llena de cosas sabrosas que, aun suponiéndose que era para ir repartiéndonos a lo largo de los recreos, no nos duró ni los diez minutos de justo después de llegar a clase.

Virtudes pedagógicas ¿Cuáles fueron tus tres mejores profesores y por qué, qué cualidades tenían?
Mª Luisa López, profesora de Latín y Griego. Porque fuimos dos años muy poquitos en clase y llegamos a conectar mucho con ella, además de que las clases se hacían amenas mientras traducíamos sin parar (y las historias eran interesantes).

Katia Torrent, aprendí todo con ella los años que me dio clase, tengo excelentes recuerdos suyos y era en una palabra: Encantadora.

Nieves Portas, algo dura y con un "pronto" un tanto malo que la hacía saltar mucho, pero una profesora simplemente excelente. (Además no puedo decir nada malo de ella que me la encuentro últimamente cada dos por tres por Jaca y no conviente quedar mal ;P).

Carencias pedagógicas ¿Qué defectos tenían los peores? Como no se pueden decir nombres me quedaré con las ganas (lástima...), así que simplemente diré que es una profesora que llegó nueva dándome una asignatura que venía de otros años y donde antes no salía del 6 o 7 empecé a sacar 1 y 0... No es por nada, pero no creo que me volviera tan tonto de un año para otro. Profesora insoportable, con ninguna gana de enseñar, clases soporíferas y mortales, una tortura...

¿Cuáles fueron las anécdotas más surrealistas? Ocurrió hace unos meses cuando me encontré a la profesora de la que he hablado antes en el peor momento y justo en el lugar más inesperado: En el mismo hotel lejos de Jaca, a la misma hora del desayuno y en la mesa de al lado (y más tarde vería que puerta con puerta). La tensión podía cortarse con un cuchillo (aunque los cruasanes estaban realmente buenos).

Todo lo que quieras contar Pasé muy buenos momentos en ese instituto... pero citando al Sr. Lobo (Harvey Keitel en la película "Pulp Ficction"): "Bien, pero no nos chupemos las pollas todavía".

Seamos sinceros... ese instituto fue el lugar al que por nada del mundo volvería jamás, de no ser por unos pocos profesores y un puñado de compañeros el resto de lo que allí había más se asemejaban (siguiendo el ejemplo del barco y los marineros) a ratas que pasaban los años atacándose entre ellas por la superioridad de la "manada". En ese lugar de infierno parecía que si no atacabas a alguien más débil que tú no eras nadie y sufrirías las consecuencias. Fui mordisqueado en ese barco infestado de ratas durante siete años y me vi obligado a vivir a base de "ajo y agua" (a joderde y aguantarse), puesto que a los señores Almirantes jamás les dio la gana de enfrentarse realmente al problema puesto que, según ellos, mientras no me tocaran un pelo y no fueran más que palabras, nada podían hacer.

Un barco bien construído donde corres el riesgo de ser devorado por ratas gigantes si no te unes a su juego; el mejor día de toda mi estancia fue aquél en que cogí un bote de remos y me fui tan rápido como dejé de ser un marinero...

3 comentarios:

  1. No puede tener más razón con su última respuesta.

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  2. DIEGO, lamento que tu experiencia fuera tan negativa.

    ANÓNIMO, siento no poder compartir tu misma valoración.

    Ninguna persona, por buena que sea (personal o profesionalmente) podrá caerle bien a todo el mundo. Del mismo modo ninguna persona, por mejorable que sea (personal o profesionalmente) tendrá por qué caerle mal a todo el mundo. Simplemente las valoraciones son subjetivas, individuales y, a veces, difícilmente explicables.

    Nunca he tenido que atacar a nadie "más débil", como dice este exalumno, ni entrar en el juego de las que llama "ratas gigantes" para sobrevivir y llegar a "hacerme a mí misma" como persona.

    Las personas no somos exclusivamente lo que el entorno nos hace, sino lo que verdaderamente queremos ser.

    Nadie dijo que esto fuera fácil...

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  3. Extremadamente dura, no comparto la visión de este marinero, para nada... Nunca pisé a nadie, ni nunca fui alguien conocido o popular ( y jamás me he considerado rata) si alguien te "mordia" lo que había que hacer era reponder, no encerrarse en un recreo a jugar a la serpiente, maldiciendo el contexto que te tocó vivir. Hay una frase que me gusta mucho que dice; la causa de las dificultades no debe achacarse a una deficiencia en el entorno, sino a una deficienia de estrategias.

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