Hola, piratas:
Con algo de retraso, os envío las respuestas a vuestro cuestionario sobre mis 4 años de marinero en el Domingo Miral; en la cubierta y bodegas de este galeón aprendí no sólo de los sucesivos capitanes y oficiales, sino también de otros marineros y grumetes, aunque son siempre los encuentros con bucaneros y corsarios los que, con grave riesgo de naufragio o abordaje, ofrecen las mejores oportunidades de botín para un auténtico pirata.
Un saludo.
Ricardo.
1- ¿En qué años estudiaste en el Domingo Miral?
1987/88 - 1990/91
2- ¿Qué mejores recuerdos tienes del instituto?
Los recreos con los amigos (creo recordar que teníamos cierta tendencia a alargar el tiempo de recreo en el Astún jugando a los dados, o al sol cuando hacía bueno); el viaje de estudios de 3º de BUP también tuvo su interés, y las correspondientes fiestas cada sábado en el London para recaudar fondos; lo mejor, sin duda, algunas amistades que todavía mantengo.
3- Virtudes pedagógicas ¿Cuáles fueron tus tres mejores profesores y por qué,
qué cualidades tenían?
Marisa Bailo en Historia 3º BUP y COU: a pesar de sus peculiaridades y de no ser de trato fácil, a mí particularmente me gustaban mucho sus clases, y con ella mejoré mucho la capacidad de analizar y resumir la información.
Alejandro Calvo en Geografía de 2º: todavía recuerdo frases suyas como “saber algo es: 1/ conocerlo 2/ comprenderlo y 3/ aplicarlo; insistía mucho en la importancia de acostumbrarse a aprender, no tanto en la memorización de los contenidos.
Miguel Ángel Laborda en inglés de 3º: guardo también un buen recuerdo, no por sus clases sino por las proyecciones semanales de películas que nos dejó organizar a unos cuantos amigos (y eso que no iba nadie, aparte de los organizadores, supongo que elegíamos películas un tanto raras para el público en general)
4- Carencias pedagógicas ¿Qué defectos tenían los peores?
Recuerdo que el primer año tuve una profesora de inglés (afortunadamente no recuerdo su nombre, y tampoco es cosa de hacer aquí una caricatura de su aspecto físico para tratar de identificarla) que sabía claramente muy poquito inglés. En general, lo peor de los peores era su falta de capacidad para atraer nuestra atención, despertar nuestra curiosidad, enseñarnos a trabajar en equipo, proponer metas difíciles pero ilusionantes… Ya sé que todo eso debe traerlo el alumno de casa, pero también los profesores, por edad, experiencia y los recursos pedagógicos y vocación educativa que se les suponen, deben agitar la mente de sus jóvenes alumnos: no sólo enseñarles, sino conseguir que aprendan también por sí mismos.
5- ¿Cuáles fueron las anécdotas más surrealistas?
En 3º de BUP conseguimos hacernos por anticipado con un examen de Matemáticas: una alumna simuló un desmayo mientras otro compañero sustrajo hábilmente la hoja con las preguntas, se las pasamos al mejor alumno de la clase en matemáticas para que lo resolviera, y dos días después hicimos el examen; recuerdo que en ese grupo éramos poco más de 10 alumnos, y lo sorprendente del caso es que 3 de ellos ¡suspendieron el examen! Yo me conformé con un sacar una buena nota, sin exageraciones para evitar complicaciones. Por cierto, aquí el profesor era Félix Ipiens Pelegrín, a quien no he incluido en el podium únicamente por mi falta de interés en su asignatura, ya que era muy buena persona, ponía mucho empeño en transmitir la materia y parecía incapaz de perder la paciencia.
6- ¿Qué haces y cómo te va fuera de aquí? ¿Os sentís bien preparados o estafados?
Me dedico a la enseñanza de tenis y pádel desde hace ya ¡15 años!, y la verdad es que estoy encantado. Estudié un tiempo en la universidad (económicas: no terminé), donde me sentí bien preparado en las asignaturas de letras y totalmente perdido en las de ciencias: ninguna sorpresa.
EDUCAR NO ES ADOCTRINAR, SINO PROVOCAR LA CREATIVIDAD
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