martes, 29 de noviembre de 2011

Entrevista a María Pardo Fanlo


¡Viento en popa a toda vela! ¡Saludos a todos, queridos marineros!

En primer lugar, me presento: mi nombre es María Pardo Fanlo y me animo a escribiros este mensaje tras bucear en mis recuerdos. Mis vivencias en el Instituto comenzaron en el año 1996, primera promoción de LOGSE. Algunos ya han hablado de ello: ¡qué vergüenza pasábamos cuando nos tocaba enfrentarnos a esos mayores que parecían gigantes y tanto miedo nos infundían! Cruzar “el fumadero” se convertía en la antesala de la casa del terror...: “Que nadie me deje el últimooooo”.

Fueron pasando los años y poco a poco nos íbamos haciendo al abordaje. Así llegó la semana azul de Murcia, aquella primavera del 2000. ¡Cuánto dio de sí! Qué buenos recuerdos en aquel camping de interminables paseos, el “Pont Aeri”, las múltiples actividades y el buen rollo con los monitores, las bromas y premios improvisados, los bailes en el Cayo Coco, etc.

Cuando por fin conseguimos “capitanear” el navío en 2º de Bachillerato, aquel curso inolvidable del 2001/2002, Rumanía arrasó. Sí, Rumanía. Se llevó a cabo la estupenda idea de Lola en aquel proyecto de convivencia: cómo olvidar la clase toda decorada con murciélagos y los fluorescentes con papel charol amarillo, rojo y azul; cómo no recordar la ginkana, vestidos todos del mismo color y con el vehículo portátil a cuestas por toda Jaca. Cómo ignorar nuestra actuación musical. Y cómo no añadir el picnic que organizamos en medio de las pistas, en el que participamos todos los de la clase. Qué recuerdos. Qué broche de oro a nuestro paso por el Instituto. Cuánto nos costó olvidarlo. Y cuántas veces lo recordamos cuando nos juntamos.

Pues bien, si en un primer momento me atraía más el bajel pirata, a partir de Bachillerato me fui convirtiendo en exploradora de las Humanidades y como me gustó tanto esa navegación, tras estudiar los cinco años de Filología Hispánica, me preparé las oposiciones y me hice profesora. No os podéis imaginar qué extraña sensación te acoge cuando agarras el timón por primera vez. Y la de recuerdos intermitentes que se presentan ante tus ojos al ver a los alumnos repetir, a su modo, anécdotas que protagonizaste tú en otra época.

Como podéis comprender, marineros, desde el momento en el que me hice almirante, entiendo de una manera diferente a todos mis profesores. Teniendo en cuenta mi elección, es evidente la huella que el Departamento de Lengua, al completo, dejó en mí: desde los primeros cursos con Don José, a la determinante influencia de Concha y Nieves. Y aunque no me diera clase, la parte genética, que también cuenta, con Carmenchu como representante familiar en el Miral.

Todos ellos y otros muchos me dejaron algo: por los contenidos de sus materias, por su interés y, también a veces, por su entusiasmo. Creo, además, que salí muy bien formada tanto en las asignaturas en las que seguí profundizando como en aquellas que dejé apartadas y guardo un recuerdo estupendo de Don Felipe y de Antonio Core. No puedo olvidarme de la profesora de Latín, María Luisa, y la entrañable relación que todos establecimos con ella y su materia.

Por otro lado, quiero aprovechar la ocasión para mandar un saludo a todos aquellos compañeros y amigos que hicieron de esos años los más felices de mi vida. Gracias. Agradecimiento destacado para mis amigas, con las que compartí tantos y tantos recuerdos. Entre ellas, y de manera muy especial, Pilar, por muchos motivos y porque hicimos codo con codo el Bachillerato: esas horas de convivencia dentro y fuera de las aulas siempre me acompañarán.

Y eso es todo, marineros. Ahora continúo mi viaje a la deriva. Aún tengo mucho por explorar. Espero encontrarme con grumetes como vosotros, dispuestos a llegar a buen puerto y a mantener el barco a flote, y así conseguir que toda la tripulación permanezca a salvo y poder disfrutar al máximo de este periplo.

1 comentario:

  1. ¡Vaya travesía! Ha sido un gustazo asomarse, desde la proa de este velero tuyo, a ese Domingo Miral de tan grato recuerdo. Y lo dice una exalumna y exprofesora del mismo, hija y hermana de otros exprofesores. ¿Adivinas quién? Te daré una pista: hemos partido del mismo puerto...

    ¡Un abrazo!

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