lunes, 19 de abril de 2010

Entrevista al exmarinero Pablo Campos.

Hola, qué hay, en primer lugar no sé cómo habéis conseguido mi dirección de correo pero da igual y en segundo lugar seguramente detrás de este blog está la mano de Lola, no lo puedo asegurar, es una intuición, aún así no voy a dejar de escribir mis opiniones, siempre las haré de forma educada. Solo espero que si hay algún aludido, decirle que se lo tome con humor y filosofía, rara sería la persona que en su vida jamás se haya llevado una crítica.

1.- ¿Qué mejores recuerdos tienes del instituto?

Mis mejores recuerdos del instituto son sobre todo de los recreos, aunque siempre hay alguna clase en la que sucede algún hecho que pasa a ser la típica anécdota que se queda en el recuerdo y luego la recuerdas con una sonrisa.

2.- ¿Cúales fueron tus tres mejores profes y por qué, qué cualidades tenían?

Mis tres mejores profesores, fueron:

En un tercer puesto, Alberto Lalaguna, que a pesar de que perdía mucho los nervios con los alumnos (conmigo en varias ocasiones) y parecía siempre sometido a un profundo estrés, quizás fue el único profesor de matemáticas con el que aprendía de verdad.
En un segundo puesto Germán Tomas. Este profesor tiene una peculiaridad a la hora de calificarlo ya que no deja indiferente a nadie, o lo aprecias o le coges manía, yo personalmente lo apreciaba, a pesar de que suspendía mucho con él, además su forma de calificar nos parecía a todos muy rigurosa, pero explicaba muy bien.
En primer lugar me quedo con Javier Anaya. A muchos de mis compañeros les parecía un auténtico aburrimiento sus clases de historia, pero a mí me gustaban, de hecho, quizás si me hubiera aburrido, no estaría haciendo la carrera de historia.

3.- ¿Qué defectos tenían los peores?

Entre los profesores de los que no tengo un recuerdo agradable de ellos:
El antepenúltimo puesto se lo otorgo a Nieves Orosa. No es nada personal, además no soy el único que lo piensa, pero sus clases podrían haber sido algo más amenas. Yo que escogí el bachillerato de ciencias de la naturaleza y de la salud, con un atractivo que me llamaba, que era la biología, pero cuando aprobé el examen de selectividad noté que me quitaba un peso de encima bastante importante como alivio, y de esperanza al no volver a ver en mi vida una molécula de glucosa (Dios me libre). Bueno, en definitiva, lo que debería ser una clase digamos de "culturilla" se convirtió para mí y para muchos, en una auténtica pesadilla, de la que a muchos de nosotros sólo nos queda el recuerdo, porque de lo estudiado con ella creo que no rellenaría ni la cara de un folio si me examinaran ahora mismo.

El penúltimo puesto se lo concedo a una profesora de inglés que ya no da clases en vuestro océano y que se supone que me dio clase en el bachillerato, pero pensándolo bien, si me paro a pensar e intentar recordar algo de lo que me enseñó, la respuesta por deducción es totalmente evidente para estar en el penúltimo puesto. No se si seguirá esta profesora en el instituto, pero creo que su método de enseñar inglés llevó a que muchos de mis compañeros, incluido yo, a ser empujados a matricularnos en academias privadas, debido a la simple razón de que no nos enterábamos en su clase de nada.

El último puesto se lo otorgo al señor Enrique Muñoz, pero no se lo otorgo por ser mal profesor de Educación Física, ya que aunque me dio clase en 1º de ESO, no conservo mal recuerdo de sus clases; sino por su política durante el periodo en el cual estuvo a la cabeza de la jefatura de Estudios. Durante este periodo, aunque en el trato personal si que fue agradable conmigo, no lo fue de esta forma con más de uno de mis compañeros de los que me voy a abstener de decir sus nombres, simplemente por vestir de una forma, que quizás no le parecía la mas apropiada, siempre solían estar en el grupo de los señalados por el jefe de estudios cuando pasaba en el instituto algún suceso extraordinario, como una pintada; es decir ese determinado grupo de personas siempre eran llamados a jefatura entre los primeros cuando pasaba algún suceso del tipo como el que he citado. Además como complemento final, la política de creación de los grupos lejos de ser equilibrada estaba más cerca de ser sospechosa con algún que otro favoritismo, o colocando a los alumnos más conflictivos en una determinada clase en vez de repartirlos. Me abstendré de dar ejemplos.


4.- ¿Cuáles fueron las anécdotas más surrealistas?

Entre las anécdotas más "surrealistas" destaco una que sucedió cuando yo cursaba 2º de ESO. Había nevado y había una gruesa capa de nieve en el patio y muchos compañeros salimos al patio en uno de los recreos a tirarnos bolas de nieve entre nosotros. Una serie de compañeros comenzó a lanzar bolas contra las ventanas del pasillo de los despachos. De repente apareció muy enfadado el jefe de estudios que era en aquel entonces Germán Tomas (*Nota pirata: Germán Tomás hace más de trece años que no había vuelto a ser jefe de estudios, hasta el curso pasado) y empezó a chillar a aquellos que tiraban bolas de nieve. Todo el mundo se quedó como helado mientras hablaba y mientras lo hacía, un chico, creo que era gitano, le tiró desde lejos una bola que le impactó en toda la cara. Esto provocó que Germán perdiera los nervios y empezará a gritar más, pero esta vez todo el mundo corrió hacia la otra puerta.

Otra anécdota recuerdo que fue en tercero de la ESO, en una clase en la que había un buen número de repetidores que se lo pasaban bien haciendo reír a los compañeros a costa del profesor. Me acuerdo que dando clase con el señor Lafalla, con el control de la clase perdido por completo, comenzó a expulsar alumnos de clase, quedándonos 10 personas en el aula. Con el mismo profesor otro método que ensayó fue el de expulsar a la mitad de la clase un rato y posteriormente pasados 15 minutos, más o menos, volverles a permitir el acceso al aula para expulsar a la otra mitad.

5.- ¿Qué hacéis y cómo os va fuera de aquí?¿Os sentís bien preparados o estafados?

En lo que es ahora mi vida, pues qué decir, estoy en Zaragoza, licenciándole en Historia, espero acabar al año que viene o al siguiente, estoy planteándole un Erasmus de cara al curso que viene, pero no lo tengo claro. En respuesta a lo que muchos preguntarán, ¿cómo habiendo hecho ciencias he acabado en letras?, la respuesta es porque las carreras de ciencias o no me interesaban, o no me sentía capacitado para realizarlas, pero esta carrera la voy completando y además estoy muy a gusto en ella.

En algunos puntos he sido algo duro en mis declaraciones pero aun así conservo un grato recuerdo del instituto, pero es lo que pasa muchas veces. Recuerdas mejor los peores momentos que los mejores.

Un saludo.

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